Atraído por el canto alegre, Kuchu siguió el sonido hasta llegar a una casita acogedora con la ventana abierta.
Al asomarse, vio a una bebé en su cuna, riendo y balbuceando.
"¡Hola!" susurró Kuchu, agitando suavemente su patita.
La bebé, al ver su rostro colorido y peludo, estalló en risas.
Decidí cómo continúa la historia: